Juan Carlos “Pipón” Giuliani recuerda las instancias de creación y fortalecimiento del Cispren en el territorio provincial. Destaca el lanzamiento de PrenSalud y caracteriza la política de Córdoba a partir de la conformación del “Partido Único Cordobés”. Pipón ocupó la secretaría general del Cispren entre 1994 y 2005 (*).

El 28 de septiembre de 1984, el Ministerio de Trabajo de la Nación aprobó los Estatutos del Círculo Sindical de la Prensa de Córdoba -nombre que fuera aprobado por una consulta a los trabajadores realizada el 23 de marzo de ese año- resultante de la fusión del Círculo de la Prensa y el Sindicato de Prensa de la capital provincial. En mayo, la Asociación Gremial de Periodistas de Río Cuarto había resuelto en una asamblea soberana incorporarse a la flamante organización.

En Río Cuarto deliberó los días 9 y 10 de junio de 1984, el Primer Congreso Provincial de Trabajadores de Prensa «Francisco Eduardo Solís», puntapié inicial de la fundación orgánica del gremio.

Desde entonces, Juan Carlos Giuliani fue Secretario General de la Seccional Río Cuarto, Secretario Adjunto a nivel provincial y finalmente Secretario General del Cispren en 1994, cargo que ocupó hasta diciembre de 2005 siempre por la Lista Blanca “Unidad y Participación”.

Con respecto a los hitos más significativos de su gestión, Giuliani señala que hubo en todo ese período innumerables logros para destacar porque estaban conformando una nueva organización sindical.

 “Durante mi gestión, entre otros, avanzamos en la provincialización del Cispren ocupando el territorio con las seccionales y varias delegaciones como Traslasierra, Marcos Juárez, Bell Ville y La Carlota. Por otro lado, en una histórica y multitudinaria asamblea, el 29 de marzo de 2000, por unanimidad expulsamos del Cispren al espía y delator Carlos Revello, S-17, agente de inteligencia encubierto del Ejército”, dice.

En esos años, la prensa propia con las revistas Proyección y Umbrales tuvo un amplio desarrollo y un merecido reconocimiento de propios y extraños, tanto como el Boletín Informativo de Prensa (BIP) que se editaba semanalmente y se entregaba en mano a compañeros y compañeras en sus lugares de trabajo. 

“Siempre bregamos para no quedar prisioneros del dicho aquel de ‘en casa de herrero, cuchillo de palo’. Para nosotros la comunicación siempre ocupó un rol fundamental en la estrategia política de la organización”, señala.

En lo nacional, a lo largo de esos años, el Cispren integró la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren); el Encuentro Nacional de Trabajadores de Prensa (Enatrap); fundó la Federación de Trabajadores de la Comunicación y la Cultura (Fetraccom-CTA) y después de 24 años de haberse desafiliado, se reincorporó a la Fatpren con el objetivo de promover la unidad del gremio de prensa a nivel nacional.

También hubo una expansión verificable tanto en cantidad de afiliados como en calidad de servicios de la Obra Social. 

“Cuando Menem desregula el sistema de Obras Sociales Sindicales y frente a la embestida de las obras sociales de los grandes gremios –muchas de ellas tercerizadas- decidimos lanzar PrenSalud con el criterio de fortalecer el concepto de salud solidaria”. 

Además, en la elección de renovación de autoridades de diciembre de 1998 se decidió votar a través de un plebiscito la incorporación a la CTA. “Las opciones eran “No alineados”; “CGT” o “CTA” por poco margen pero la voluntad mayoritaria de los afiliados se volcó hacia la CTA, Central que, en la que a partir que nos incorporamos, hemos tenido hasta el día de hoy un fuerte protagonismo. En 2002 se modificaron algunos contenidos del Estatuto, entre ellos la denominación: pasó a llamarse Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (Cispren).  

  ¿Cómo era el contexto político local? 

– Entre 1994 y 2005 pasamos por la caída del Angelocismo, el ajuste feroz de Mestre y el ascenso del “Cordobesismo” que aún gobierna la provincia, con De la Sota primero y Schiaretti después. En el medio, Córdoba también fue escenario de la pueblada de diciembre de 2001 que terminó con el Gobierno de la Alianza. Durante los primeros gobiernos de De la Sota participamos como Cispren y CTA de las movilizaciones contra la privatización de Epec y el Banco de Córdoba, lucha que se ganó por el grado de unidad y fortaleza del movimiento obrero cordobés en sus distintas vertientes.

Giuliani sostiene que el Partido Único Cordobés (PJ, UCR, PRO, Poder Judicial, Arzobispado y Tercer Cuerpo de Ejército) siguió manejando los hilos de la provincia como lo hacía desde la dictadura cívico-militar. Angeloz, Mestre, De la Sota, Schiaretti y hoy Llaryora, no dejan de ser gerentes del poder real representado por el Grupo de los de los 6 y la Fundación Mediterránea y, por tanto, funcionales al Modelo Extractivista-Dependiente regido por el Agronegocio.

“Angeloz, Mestre, De la Sota, Schiaretti y hoy Llaryora, no dejan de ser gerentes del poder real representado por el Grupo de los de los 6 y la Fundación Mediterránea y, por tanto, funcionales al modelo extractivista-dependiente regido por el Agronegocio.”

El ex secretario general señala que esta postura dominante tiene que ver con la línea editorial de los medios hegemónicos que toman partido por el statu quo alentados por generosas pautas publicitarias.

“Los casos de censura y autocensura fueron recurrentes, como así también, la pasividad e indiferencia del Ministerio de Trabajo de la Provincia a la hora de laudar entre las partes teniendo en cuenta lo desproporcionado del enfrentamiento entre el sindicato y las patronales”.

En un contexto político gobernado por fuerzas conservadoras más allá de su signo partidario al servicio del poder económico, Giuliani resalta la labor de los sindicatos.

“Así lo entendimos desde el Cispren y la CTA, fue generalmente de confrontación, lucha y movilización que es la única forma de arrancar conquistas a la voracidad empresarial”.

  ¿Qué reflexión hace sobre el presente del oficio y el futuro del Cispren?

El deber ser de los hombres y mujeres que abrazamos este noble y bastardeado oficio de contar lo que pasa y opinar sobre el mundo, las cosas, la gente, hasta que la dignidad sea costumbre constituye el desafío del presente y el futuro.

 Lejos de servirse de las nuevas tecnologías para ahondar en su formación, hurgar en la búsqueda de la verdad, frenar la desinformación y democratizar la información, el sujeto de esta actividad -víctima de la precarización, los magros salarios y el pluriempleo- opta por incursionar -salvo honrosas excepciones- en el laberinto artificial que ha construido la “grieta”. 

“Parte de nuestra tarea consiste en desenmascarar a los paladines de esta antinomia engañosa. La única grieta que nosotros, los trabajadores, reconocemos es entre explotadores y explotados, entre los que siguen concentrando riqueza y los que se hunden en la pobreza. El resto es puro verso. Mientras tanto, seguimos lidiando sin concesiones contra los que se la pasan falseando la verdad en el altar de los que mandan –por 30 monedas o por sumas millonarias-, saqueando la confianza pública, codeándose con la escoria de los ’servicios’ para difamar al que piensa y actúa diferente, soportando una oleada de despidos, enfrentando la escandalosa concentración mediática y con el compromiso de no callar, de seguir dando testimonio de las alegrías y penas de nuestro pueblo”.

“La única grieta que los trabajadores reconocemos es entre explotadores y explotados, entre los que siguen concentrando riqueza y los que se hunden en la pobreza”. 

Sin internet ni redes

“Hubo otra época en la que nos forjamos nosotros, sin Internet ni redes sociales, donde la prensa escrita mantenía una marcada influencia en la opinión pública, atributo que ha perdido de manera notoria no sólo por la aparición de nuevas tecnologías sino también por la proliferación de noticias falsas, publinotas y otras yerbas que decantan en la degradación del oficio más apasionante del mundo”.

El ex secretario general insiste en el camino. “En esta lucha a brazo partido en la disputa de la renta a los grupos económicos propietarios de la inmensa mayoría de los medios de comunicación, el salto cualitativo lo marca el grado de organización alcanzado por los compañeros en cada lugar de trabajo”. 

Desde esa plataforma se construye la libertad y democracia sindical y se interpela el poder de las patronales para demandar derechos salariales, laborales, de seguridad y medio ambiente.

“Somos artesanos de un oficio que tiene, desde sus orígenes, múltiples ejemplos de entrega y compromiso con la causa de la clase trabajadora. No está de más recordar que entre los Mártires de Chicago figuran tres periodistas: Adolf Fischer, Albert Parsons y Hessois Auguste Spies. Pertenecemos a un gremio castigado, perseguido, silenciado: durante la dictadura oligárquico-militar se registraron más de 170 trabajadores de prensa y comunicación detenidos-desaparecidos por su resistencia al régimen”.

 La proliferación de medios autogestionados barriales, locales, regionales, comunitarios en los diferentes soportes que actualmente habilita el desarrollo tecnológico, va forjando la articulación de una red de comunicación popular que se erige como el mejor antídoto al oligopolio comunicacional, promueve la comunicación propia y contribuye a romper el cerco informativo.

“La Soberanía Comunicacional no se declama, se ejerce. Y para ello es necesario voluntad política, conciencia colectiva y fuerza popular organizada. La disputa a fondo con el poder reclama coherencia. No admite fuegos de artificios ni doble discurso. Es hora de repensar al sujeto de este noble oficio en clave colectiva -porque nadie se salva solo- para que la comunicación se sustente en la verdad, que siempre es revolucionaria, y en distribuir la palabra con Justicia Social. He allí el rol del Cispren”.

(*) Giuliani ocupó el cargo en los periodos: 1994/1996; 1996/ 1998; 1998/2000; 2000/2002, y 2002-2005.

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