Guido Dreizik comenta aspectos de la lucha salarial frente a la embestida de los grupos económicos; recuerda la censura a la prensa en la provincia de Córdoba y la incipiente “Coalición por una Radiodifusión Democrática” que impulsó el Cispren. Su gestión ocupó los periodos 2005/2008 y 2008/2011.
La nota editorial de la revista “Proyección” de octubre de 2006, que hacía referencia a la placa conmemorativa del 24 de marzo del ’76, llevaba la inscripción “El sueño de un país más justo sigue vigente”. De esta manera se presentaba el proyecto político y el ansia de realizaciones en el inicio de la gestión de Guido Dreizik.
Cuenta Guido Dreizik que el subtítulo de la nota aludida llevaba una cita de Nicolás Avellaneda de agosto de 1874 que dice “Ahorraremos sobre el hambre y la sed de todos los argentinos”. La brutal actualidad y el evidente contraste señala dos miradas sobre nuestra realidad desde opuestas perspectivas históricas.
“Decíamos en la nota citada que ‘Estamos lejos de pensar que ‘finalmente los argentinos aprendimos a vivir en democracia’ porque este razonamiento alimenta la teoría de los dos demonios, cuestión que estuvo presente en la propuesta política que atravesó la época estableciendo parámetros de abordaje que resultaron insuficientes, en una etapa que además estuvo signada por la lucha salarial y la necesidad de recuperar el poder adquisitivo de nuestros compañeros”.
Recuerda el ex secretario general que desde el punto de vista económico se vivía una situación de profunda disputa por el rumbo definitivo para nuestra patria, así algunos síntomas de expansión de la economía con la necesaria demanda de mejoras salariales de la población iban siendo combatidas por los grupos económicos que nunca cejaron en el intento por abortar lo que se presentaba como una etapa virtuosa para nuestro pueblo.
“Esta disputa transitó también por los caminos de la discriminación y la censura a los periodistas que en Córdoba mantuvo el gobernador De La Sota en la que fue probablemente una de las peores etapas en la relación de los trabajadores de prensa con el poder político en democracia ya que el intento por silenciar a los medios invitando selectivamente a unos y otros a reuniones de difusión de actos de gobierno, los aprietes a Directores de medios para “peinar” los enfoques de la información, fue materia corriente”, dice.
Fueron años de disputa y la relación con la prensa es reflejo de ello, no obstante con la participación de los compañeros se realizaron denuncias a tiempo mitigando los efectos de la soledad que afecta a los damnificados en estos casos. “La libertad de expresión se intentaba limitar y en este contexto se produce el decreto 527 del presidente Néstor Kirchner, un gravísimo error que extendió por diez años las licencias de radiodifusión a los empresarios “abanderados” de la propaganda anti pueblo. Fue un verdadero mazazo a las organizaciones de trabajadores y a la incipiente “Coalición por una Radiodifusión Democrática” que impulsamos como Cispren y que integramos, para dar a luz los 21 puntos que fueron inspiración de la ley de radiodifusión N° 22.285”.
En una nota de la revista Proyección se caracterizaba al presidente Néstor Kirchner, en el fragor de la crítica política, como un “Restaurador derivado del Petróleo”.
“Planteamos que las debilidades demostradas en su acción de gobierno nos iban a costar muy caro ya que se estaban utilizando símbolos muy sentidos en la memoria de nuestro pueblo, vaciando su contenido. Aunque a la luz de los acontecimientos posteriores nadie duda de la conveniencia de “un gobierno en disputa”, contrastado con el salvajismo de quienes pretenden llevarse puesta la Nación”.
“Esta disputa transitó también por los caminos de la discriminación y la censura a los periodistas que en Córdoba mantuvo el gobernador De La Sota en la que fue probablemente una de las peores etapas en la relación de los trabajadores de prensa con el poder político en democracia.”
Convencidos de que con organización se puede intentar nuevamente dar batalla, su gestión se abocó a la tarea de fortalecer la Obra Social de Prensa con un sistema informático que permitía elaborar una estrategia propia a los fines de sortear los cada vez más complejos mecanismos de destrucción que los gobiernos de turno elaboraron en favor de la corporación médica privada y en detrimento de la Salud Pública y las Obras Sociales de los trabajadores.
El Cispren estaba creciendo y las necesidades edilicias cada vez eran mayores. La biblioteca necesitaba más espacio, la obra social, también y el sindicato, un lugar para funcionar, y todo eso la casa de Obispo Trejo no lo podía ofrecer si no se emprendía una fuerte intervención.
“Iniciada la obra de remodelación de nuestra casa central debimos acomodarnos a la situación: estar en medio de los escombros producidos por las tareas. Si no hubiera sido por los trabajadores que se desempeñaban en el edificio, nada bueno hubiera resultado. Ruidos ensordecedores, polución ambiental y presencia de extraños no pudieron contra la voluntad de nuestros compañeros que estoicamente cumplieron con su trabajo”, señala Dreizik.
El fortalecimiento de la organización también significaba avanzar sobre la incorporación de distintos compañeros de los medios que reclamaban participación en los conflictos y que se sentían representados. Dreizik aclara: “aunque la incomprensión de algunos ex dirigentes del sindicato conspiró contra este crecimiento de la organización. Así, los operadores de LV3 que se afiliaron en su momento al Cispren fueron asesorados por un periodista de la radio, abogado, ex dirigente del sindicato para que se desafilien, cosa que hicieron todos y cada uno de ellos”.
El cierre de LV2
Un gran momento en la lucha colectiva significó el conflicto en LV2. Decisiones asamblearias y una voluntad inclaudicable hicieron de ese conflicto un verdadero ejercicio de poder de los compañeros que decidieron tomar la empresa en reclamo por el pago de los salarios adeudados.
Varios fueron los intentos por comprar la radio por parte de distintos empresarios, desgraciadamente todos malogrados. Se repetía una y otra vez la propuesta de las sucesivas patronales de bajar los sueldos y precarizar a los compañeros que mantuvieron 74 días la toma.
“Aunque el final fuera nefasto por el cierre definitivo de la radio más antigua de Córdoba, queda el reconocimiento a ese grupo de trabajadores que confiaron en las condiciones generales hasta elaborar una propuesta de cooperativa que fue desdeñada por el gobierno nacional de turno”.
Otro conflicto muy importante para la vida de la organización fue el de Canal 8 que de la puja salarial derivó en medidas de fuerza a la que la empresa contestó levantando los productos periodísticos, sumiendo en una verdadera zozobra a los trabajadores y generando una profunda incertidumbre en la organización. La situación solo pudo ser superada por la astucia de la entonces comisión interna que logró acordar con la empresa condiciones de trabajo que paliaran los efectos de una derrota.
“Con idas y vueltas fuimos enfrentando los desafíos de la época, conservando en alto las banderas de nuestra lista Blanca, Unidad y Participación que fuera fundada por el Movimiento Unificado de Prensa (MUP) y que ya es parte de la identidad de los trabajadores de prensa de toda la provincia”, señala Dreizik.
El ex secretario reflexiona sobre el trabajo de prensa y la valoración que la sociedad hace de él.
“Resulta imprescindible reflexionar con el paso del tiempo acerca de nuestro trabajo, particularmente sobre el rol que la sociedad le asigna, en especial, a la condición profesional, ya que últimamente se han puesto en duda algunos de los pilares desde donde se miraba a los trabajadores de prensa. La forma que adquiere el sistema del Capital en países como el nuestro ya no necesita de la prensa independiente tan valorada para una sociedad en la que la justicia social o los derechos ciudadanos debían ser velados por un sector de la opinión pública. Y, a su vez, la opinión pública era construida permanentemente desde la idea que surge del debate y la contradicción”.
“Con idas y vueltas fuimos enfrentando los desafíos de la época, conservando en alto las banderas de nuestra lista Blanca, Unidad y Participación que fuera fundada por el Movimiento Unificado de Prensa (MUP) y que ya es parte de la identidad de los trabajadores de prensa de toda la provincia.”
También destaca que los medios se han convertido en unidades de negocio en las que ya no existen las fórmulas del éxito asentadas en la pluralidad. Cada vez más se impone el mecanismo de relación íntima con un grupo de lectores, estableciendo un vínculo de supuesta pertenencia a un club con trato preferencial.
Por eso, señala, la tarea del comunicador se profundiza en un sentido de militancia, un nivel de compromiso superior al de otros tiempos que tiene a los trabajadores autogestionados como protagonistas privilegiados en la disputa política por una sociedad con igualdad de oportunidades para todos y todas.
“Preparamos nuestras organizaciones para albergar a los nuevos compañeros que asumen esta tarea y que se juegan la vida tratando de transmitir la parte de la verdad que ayuda a discernir y contribuye a recuperar la sensibilidad y proximidad con los demás. En cuanto al resto, deberemos arrimar nuestro calor a la frialdad de las redacciones que perdieron el amor por el oficio, producto del accionar nocivo de las patronales. Tenemos la convicción de que no todo está perdido y que aún podemos recuperar nuestros sueños, porque están más vigentes que nunca”, concluye Dreizik.