El pasado viernes 29 de noviembre se llevó a cabo una jornada de disertaciones en el marco del Ateneo Ramona Bustamante. “Pensar Córdoba con 40 años de democracia” fue la consigna, que convocó en la mesa a Ilda Bustos, secretaria General de la CGT Córdoba; y a los docentes de la Facultad de Ciencias Sociales Marcelo Nazareno y Javier Moreyra.
*Por Redacción
Con una amplia convocatoria, el viernes 29 de noviembre se llevó a cabo la charla, organizadas por el “Ateneo Ramona Bustamante”. La actividad propuesta por este espacio, definido como “de debate y acción política”, se concretó en el Centro de Documentación “Juan C. Garat”, del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación (Cispren).
Maria Ana Mandakovic, secretaria General del Cispren, al abrir la jornada, destacó la importancia del encuentro y reconoció el nombre que se asignó el espacio. “No hay mejor nombre, en recuerdo a una gran luchadora por la defensa de su tierra, de su identidad… en tren de reconstruir esa identidad nacional que hoy vemos vulnerada y que necesitamos seguir defendiendo”.
A continuación, Dinora Gebenini (referente del Ateneo), y Victoria Gauna (Movimiento Campesino de Córdoba), motorizaron el encuentro, con la moderación de Eduardo Sota. Si bien el disparador de la jornada fue la lucha de Ramona Orellana Bustamante, la reunión fue una oportunidad para abordar la coyuntura político social del país, con eje en Córdoba y cómo articula el poder político en esta provincia.
“La cuarta ola neoliberal”
En primer lugar, Marcelo Nazareno, profesor de Teoría Política, Democracia y Estado Argentino, en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNC, abordó la actualidad política argentina, con una mirada también global.
Se refirió a las crisis que sufren las democracias, en la región y en el mundo, señalando que “lo que se percibe es que desde hace décadas se ha producido un deterioro, una degradación, una disolución de lo que fue un modelo que consiguió imponerse, aunque más no sea en términos de ideales, y que algunos llaman modelo democrático-liberal”.
Y agregó: “La democracia liberal resultó particularmente exitosa en los países centrales, y también se expandió a países como sucedió en nuestra región. Ése modelo es el que está en una profunda crisis”.
Nazareno trazó un recorrido de cuatro momentos que él considera clave en los 40 años de democracia, caracterizados por el impacto de las fuerzas neoliberales. “La primera ola neoliberal fue la dictadura cívico-militar de 1976, la segunda ola fue el menemismo, la tercera ola fue el macrismo y la cuarta ola es Milei”, sostuvo.
“Cada ola tiene más fuerza, más potencia, busca destruir más cosas, reordenar cada vez más profundamente el orden social”, continuó, indicando que frente a esas olas, “los gobiernos populares tuvieron cada vez más dificultades para restaurar el punto de partida”.
Más allá de los momentos negativos que se dieron en el curso de los 40 años de democracia, Marcelo Nazareno destacó algunos logros, entre los que mencionó a los movimientos sociales, populares, campesinos, feminismos, defensores del ambiente y el movimientos de Derechos Humanos.
“Queremos que se restauren los derechos, los derechos que nos están quitando, queremos restaurarlos. Pero no puede ser solo restitución de derechos, porque eso implicaría que no estamos registrando políticamente todas las novedades y los nuevos reclamos que hay de quienes, en función de adaptarse a los profundos cambios que se han generado a nivel social, a nivel económico, a nivel educativo, están planteando nuevos requerimientos para la política”, enfatizó.
Al finalizar su intervención, el académico destacó la importancia de “reconocer las posibilidades de resistencia a estos embates y revertir estos procesos”, subrayando que “tenemos una enorme reserva de fuerzas materiales, organizacionales, intelectuales y políticas, que no se pueden destruir con dinero”, a pesar de reconocer que “todavía no tenemos todas las respuestas, pero éstas, sin duda, van a ser colectivas”.
Construir la identidad colectiva
Seguidamente, Javier Moreyra (FCS – UNC) realizó una lectura minuciosa en torno a los fracasos de los gobiernos y a cómo se insertan las disputas nacionales en las diferentes provincias y, en particular, en Córdoba. “Hay una cosa por la que los gobiernos no logran sus resultados. Prometen más de lo que pueden lograr y eso no es sólo de un espacio político, sino de varios. Inclusive al de Milei le va a tocar “, aseveró.
Moreyra se refirió al perfil del gobierno cordobesista, al que definió como un conjunto de actores e instituciones con un paradigma de gestión y también como forma de otorgar una identidad colectiva. De esto, afirmó, se desprende una primera propuesta referida a la existencia de una clase gobernante más o menos consistente en los últimos años en Córdoba. Y, en segundo lugar, propuso definir si Córdoba tiene un modelo de Estado con clara separación de funciones. “Hay un modelo de Estado, Córdoba es el Estado más pequeño de Argentina. Si uno compara el empleo público de las provincias, Córdoba tiene el 9% de la PEA, y tiene la administración pública por lo menos de la gente que le hacen descuentos, que son los que tienen estadísticas”, indicó.
Al terminar su alocución, Moreyra señaló que hay una identidad colectiva que amalgama una identidad política en declives que tienen que ver con la pospolítica. Una identidad que “interpela a los ciudadanos, mueve formas, colectivos, pero también tiene la capacidad de hacer una lectura muy inteligente que hizo el cordobesismo, que es la despolitización de la sociedad. Es decir, cómo construir un orden político en una tendencia de fuerte crisis de la vieja política que empieza con la crisis del 2001. Algo interesante del cordobesismo, como idea localista, es esa reconstrucción a través de la identidad cordobesa-provincial-localista que amalgama una identidad política en declive que tienen que ver con la pospolítica”.
Sobre el final del encuentro, la dirigenta Ilda Bustos, reafirmó las fuertes críticas al gobierno de Córdoba y al cordobesismo que construyeron la identidad cordobesa, ” y lo que es siempre objeto de nuestras críticas es que esto se hace con el sello del peronismo”, advirtió. “Me parece que no es un detalle menor porque no tiene nada que ver con el peronismo. ¿Cómo se ha llegado a construir esto que bien describe sobre esta especie de unicato que es el cordobesismo? En Córdoba, el peronismo tiene una historia compleja también que empieza antes del golpe, con el Navarrazo”, abrevó.
Finalmente, reafirmó la necesidad de que hay que construir la alternativa política, que hoy no tenemos. “Por eso, hay una especie de dispersión, sentimiento de derrota, de mucha militancia, de pensar que esto no es reversible, que vamos a tener que soportar esta historia no sé cuánto tiempo. Yo creo que sí tenemos en Córdoba que pensar cómo hacemos para revertir esto, para construir esa identidad colectiva”.
Luego de las exposiciones de panelistas se abrió el debate e intercambio de ideas y reflexiones de las y los asistentes y se puso en valor la importancia de dar lugar a este tipo de encuentros no sólo para debatir, sino también para reconstruir una identidad política que de batalla a los embates de las políticas neoliberales en el campo popular. Y también de la necesidad de encontrarse para construir estratégicamente un proyecto de unidad que dé continuidad a estos debates de formación.
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