Hoy, conmemorar la gesta histórica de quienes dieron la vida luchando por derechos laborales nos interpela más que nunca. No podemos dejar de reivindicar lo que se consiguió, pero tampoco podemos negar lo cerca que estamos de perder esas conquistas que tanto constaron.

En este contexto, el Cispren (Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba), tiene la obligación de reflexionar específicamente sobre nuestra actividad. La máxima autoridad de la Argentina afirma que “no se odia demasiado” a los y las trabajadoras de prensa y comunicación. Las listas negras de periodistas atacados de diferentes maneras se agrandan día a día. A esta lamentable situación hay que sumarle la represión que sufren los y las trabajadoras de nuestro gremio en cada cobertura de manifestaciones que se realizan.

Esto sucede a la vista de toda la sociedad. Sin embargo, lo que no sale en las portadas de los propios medios son los salarios por debajo de la línea de la indigencia y las paupérrimas condiciones de trabajo que afectan a las y los periodistas en general.  El ataque a Pablo Grillo y a Antonio Becerra es una afrenta contra quienes queremos y exigimos hacer un periodismo sin mordazas.

Nuestra tarea es producir información de calidad sin importar por donde circule. Esto implica investigar, verificar, situar en contexto, jerarquizar, dar forma, comentar y publicar hechos que son noticias. Somos hacedores de un oficio altamente profesionalizado cuya función social es imprescindible.

No hay democracia sin libertad de expresión. No hay libertad de expresión sin trabajadores y trabajadoras de prensa y comunicación.

Esto exige un Estado que defienda a la prensa; no que la ataque.

Un Estado que sea el garante del derecho a la comunicación de nuestro pueblo; no que cierre o vacíe nuestros medios públicos.

Un Estado que promueva políticas públicas de fomento para las y los trabajadores de los medios comunitarios, cooperativos y autogestivos; no que prometa programas de fortalecimiento que luego no cumple.

Un Estado que distribuya equitativamente la pauta publicitaria oficial sin condicionamientos de ningún tipo.

Un Estado que controle a las grandes corporaciones mediáticas para que podamos trabajar con condiciones y salarios dignos.

Como trabajadoras y trabajadores de prensa y comunicación somos parte de la lucha de todo el movimiento obrero organizado, convencidos que sólo con una unidad estratégica podemos construir un proyecto político que represente los derechos que tanto nos costaron conquistar, y que pelee por los que aún nos faltan.

En el Día Internacional de las y los Trabajadores, el colectivo de prensa defiende un periodismo al servicio del pueblo y de la comunidad.

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